Judith Angélica Silva-Arenas
Fotos tomadas de la cuenta de Instagram @iris.apfel
“Vivir es la mejor inspiración y esta llega de la gente, al leer libros, visitar museos, caminar por la calle, ver una obra de teatro, escuchar una canción. Nunca sabes realmente por dónde va a venir. Pero algo está claro, es que siempre tienes que moverte¨ expresó Iris Apfel en una oportunidad, a modo de principio filosófico de su existencia.
Quien escribe, siempre ha apostado a que, reconocer las aptitudes, las cualidades, el conocimiento y el talento de los seres humanos, así como las expresiones de esos quehaceres, aportan a este tránsito terrenal una plusvalía de que no sólo determina una autoestima superior sino un sentido pleno de trascendencia humana y social.
Todos podemos y tenemos algo que aportar a este mundo. Creo y practico que, con certeza, escribir historias que estimo memorables, estelares y prolíficas, vivirlas y disfrutarlas, sirven de influencia para las generaciones contemporáneas y las futuras. Resaltar lo extraordinario de las capacidades existenciales de la gente y del estilo de vida, constituye un incentivo existencial sine qua non, para una prospectiva positiva de la humanidad y su hábitat.
Un ejemplo viviente de esta maravillosa forma de concebir qué y cómo es vivir a plenitud, lo constituye la icónica, chic, centenaria, empresaria, diseñadora de interiores e influencer y muy, pero muy actual Iris Apfel, de quién soy una fiel seguidora y fanática a ultranza. Es multifacética en su acepción más genuina, demostrando que la vida con estilo es el mejor medio para desarrollarse. Su vida es prolífica en creación, innovación, evolución, aporte y un unique style.
Ella es una mujer invitante a que vivamos a nuestra manera, ritmo y tiempo; sin reglas ni parámetros predeterminados. Nos impulsa a ser felices con nuestra identidad y forma de ser, estando claros y seguros en que es lo que queremos hacer y lograr. Para Iris Apfel, la actitud es el talento.
Este ícono del estilo en el mundo, de belleza extraña, atípica, cuyo nombre de pila es Iris Barrel, nació un 21 de agosto de 1921, en Astoria Queen, Nueva York, fruto del amor de Samuel y Sadye Barrel, judíos. Posee la longevidad del tiempo con la osadía, la fuerza y el ímpetu de la juventud. Ese estilo chic que tiene constituye su sello personal, una marca en todo el significado del marketing, signado con sus característicos lentes Oversize, sus labios y uñas de color rojo, extravagantes collares y accesorios nada imperceptibles.
Un estilo resultado de las combinaciones en que cree y un gusto personalísimo, utilizando piezas vintage alternadas y combinadas con ropa de diseñador, que le otorgan ese sello de atemporalidad y que la mantiene vigente. Nunca compra algo que este in o sea must have; compra lo que le gusta y lo que la hace feliz. Es un referente de un nivel supremo, en el mundo de la moda y el diseño.
Vivió la Gran Depresión muy niña y eso la condujo asumir, responsablemente, el uso del dinero y hacer compras inteligentes con el dinero que sus padres le daban. El sentido de la moda nació con Iris como un rasgo fenotípico de su esencia, por lo que siempre estuvo segura que el universo de la belleza sería para ella. Está perfectamente clara que no es una mujer bonita; sin embargo, de adolescente, cuando ayudaba a su madre en su tienda, veía en el espejo a una muchacha sin gracia, lo cual la atrevió a ser diferente e impuso un estilo de moda.
Su padre fue pilar fundamental para que Iris se sintiera cómoda en ese mundo. Cuando la pequeña Iris contaba apenas con 11 años, compró su primer broche, que le costó 65 centavos en Greenwich Village y ya, a los 12 años, viajaba desde Queen hasta Manhattan, a comprar en tiendas de segunda mano, creando a su corta edad, su primera colección de joyería. Desde niña sabía lo que le gustaba y el talento que poseía.
Estudió Arte en la Universidad de Nueva York, trabajó en la Revista Women’s Wear Daily. En 1947 conoce a Carl Apfel, comerciante textil y un año más tarde se casaron. Con Carl tuvo una conexión sentimental intensa y profunda. Ella se decidió por la no maternidad, alegando que su trabajo le ocupaba mucho tiempo, compartiendo con su esposo amor, sueños e ilusiones que se materializaron. Fueron amantes, viajaron, disfrutando de conciertos, exposiciones de arte, fiestas y reuniones con amigos, y como socios en 1950, Iris y su esposo fundaron la empresa de interiores Old World Weavers, que realizó importantes y extraordinarios proyectos de diseño de interiores y remodelación, llegando a remodelar a la Casa Blanca en nueve oportunidades, cerrando sus puertas al mundo del diseño en 1992. Carl fue su compañero de vida, de experiencias enriquecedoras y de fatigas, hasta que fallece el 1 de agosto de 2015, tres días antes de cumplir los 101 años.
Su experiencia vivencial demuestra que explota su personalidad al máximo. Siendo ella leiv motiv, se han organizado y realizado infinidad de exposiciones. El Almacén Le Bon Marché, realizó una edición especial de la muñeca Barbie, que este año cumplió 5 años. Ha sido la imagen de la Campaña Publicitaria del modelo Citrôen DS3 y en el año 2005 el Costume Institute de Nueva York realizó una retrospectiva sobre Iris bautizada como “Rare Avis”. En el 2012, fue contratada por la firma de cosméticos MAC, para ser la imagen de su línea de maquillaje y dos años más tarde, en el 2014, posa en su apartamento de Nueva York, para la firma Other Stories, para su edición “Styling Story” y Albert Maysley produce el Documental “Iris” que se estrenó en el festival de cine de Nueva York. En 2021, la casa de moda H&M realiza la colección “Capsula”, cuyo stock se agotó en tiempo récord. Además diseñó una colección de gafas para Zenni Optical.
Iris no se toma nada en serio y, aunque es un icono de la moda, considera que es mejor ser feliz que estar bien vestida. A ella no le quitan el sueño la ropa o los eventos a los cuales tiene que asistir al día siguiente. Cree fervientemente que existe una conjunción entre la verdad y la poesía, y así ha dicho: ¨…si te preocupas demasiado como vas, te pierdes a ti misma. Si estás perfecta, pero te sientes incómoda, es que simplemente, no tienes sentido de lo que te has puesto¨. Porque esta “it girl”, no piensa en lo que va a ponerse; para ella vestirse es una improvisación, como tocar un buen jazz y no lo hace intencionalmente, ya que vestir siempre debe ser divertido.
En su casa, viste de vaquero y una camiseta blanca. Cuando el paso del tiempo comenzó a reflejarse en su rostro, expresó “no veo nada mal con una arruga, es una especie de insignia del coraje.” Y aunque experimenta los achaques o avatares del transcurrir del calendario, esto no es significativo para su atrayente y vital longevidad. Aunque es una mujer millonaria, aún va semanalmente a los mercadillos de Harlem, para regatear por un bolso en una tienda africana, lo que no significa, para nada, una manifestación de capitalismo, porque Iris es una “cazatesoros” y cree que no es lo mismo buscar que comprar.
Si le hiciéramos la interrogante sobre de cuál prenda y objeto no te desprenderías -Iris tiene 3 pisos llenos de ropa y un almacén gigante en Nueva York con auténticos tesoros de sus viajes-, ella respondería: “Oh cariño en esta vida no eres dueño de nada. No estaremos en esta tierra para siempre y lo que tenemos es como si simplemente lo hubiésemos alquilado”.
Lo expresado constituye una máxima existencial de Iris Apfel, el desapego a lo material, producto de su visión de que hay siempre que educar la mirada, yendo a museos y viendo exposiciones. Así se alimenta el alma y el espíritu, viajando y viviendo en presente. El presente es lo único que existe, el pasado no regresará y el futuro no está y es incierto.
Y mientras Iris, quien cuenta con más de 2.000.000 de seguidores en Instagram, 215.5k de seguidores en Tik-Tok, planifica nuevos proyectos, sigue siendo el epítome del saber vivir en presente, del estilo, del éxito, de que todo lo que nos propongamos. Recordemos que siempre que nos enfoquemos, lo lograremos, y se hará realidad. Alimentemos los valores propios del alma y el espíritu, siendo felices sin importar el qué dirán. Porque la actitud es el talento y lograremos, como el título de este escrito y la esencia de Iris Apfel, que nuestra vida sea un arte con estilo propio.
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