Por Ángel Silva-Arenas

Ciudad en Positivo

Si asumiéramos positivamente el poder que tienen las palabras en nuestras vidas, seguramente nos detendríamos a pensar y reflexionar antes de decirlas. No es una tarea complicada, sólo basta reconocer que lo que decimos tiene un efecto en lo que sentimos,  nos pasa y vivimos. Es algo sencillo que supone aceptar la capacidad creadora de lo que declaramos.

Es por ello que los invito a expresar las cosas que deseamos que sucedan,  asumiendo que ya están ocurriendo, eso sí con convicción, optimismo y fe que el universo está conspirando a nuestro favor.

Con tan solo expresar algo nuestro estado mental y anímico cambian. No es lo mismo contestar a la pregunta: “¿cómo estás?, diciendo: “ahí, intentando sobrevivir” que hacerlo con una frase alentadora como “fenomenal” o “esperando que suceda lo mejor”. De igual manera, afirmar “no lo puedo hacer” nos condiciona a encontrar obstáculos para realizar una tarea, acción o proyecto, sería más saludable decir “voy a intentarlo, se que podré”. Las palabras quedan enganchadas en la mente, mandando instrucciones a nuestro corazón, a nuestro cuerpo, a nuestra voluntad y dirigiendo el camino que hemos de tomar en nuestras vidas.

Si cada vez que hablamos fluyen palabras de escasez, limitaciones, desgano y enfermedad, eso seguramente es lo que vamos a encontrar, si por el contrario nuestro vocabulario esta cargado de prosperidad, capacidad, ánimo y  salud  para hacer las cosas nuestra existencia manifestará con creces esas cualidades en el presente y el futuro.

Es hora de comenzar a disfrutar el poder de las palabras,  a cuidar nuestro lenguaje y empezar a utilizarlo con sentido de amor, abundancia, confianza y bienestar, tanto en la esferal individual y colectiva.

Una sugerencia que -en estos tiempos- cobra mayor utilidad, pues cuando las realidades poseen características adversas, necesitamos enfrentarlas con una actitud esperanzadora y segura para generar los cambios fundamentales que nos conduzcan a renovarlas, seguros que están generándose situaciones que nos depararán fortuna y felicidad.

 

 

 

 

 

1 Comment

  1. José Lanza

    Me encanta este escrito, irradia optimismo