Pretty woman, un film para volver a ver

Por Ana Pieters

Pretty Woman nació hace 26 años en Los Ángeles, California. Lo que se ideó como una película que tocara temas sensibles como la prostitución joven, las drogas, el dinero y la vanidad, terminó siendo una de las comedias románticas más exitosas en la historia del cine y una cinta de culto que al menos debe verse una vez en la vida.

Hollywood lo volvió a hacer; nos vendió el sueño americano de la mano de una risueña chica que se prostituye por necesidad y un millonario que ha construido su fortuna siendo despiadado. Ambos se irán compenetrando y lo que comenzó como una noche vanidosa terminará siendo una semana llena de pasión, descubrimiento y la reinvención de sus vidas.

El director Gary Marshall, padre de las comedias románticas, quiso darle un giro al guion que originalmente contemplaba sobredosis, muerte, sexo y un trágico final inesperado. Contrario a esto, le regaló al mundo una cenicienta reinventada que -generación tras generación- ha conquistado corazones con su sonrisa y se convertiría en la novia de América.

Con una historia digna de cuento de hadas, aunque cambiando la carroza por un Lotus, el castillo por un hotel y la princesa por una puta; Vivian nos hizo soñar con Beverly Hills, con ese galán que con su actitud desinteresada te cautivará y poco a poco se van descubriendo como personas más allá de los roles que ambos desempeñaban en la sociedad.

Por su parte, Edward hace del Pigmalión siglo XX, esculpiendo a su Galatea. Y es que a lo largo de la semana logra transformar la vestimenta de Vivian en una auténtica dama de sociedad, eso sí, solo mientras no esboce palabra alguna.

Sabiendo que los medios y el cine son las herramientas perfectas para llegar a las masas, durante décadas se han utilizado las películas para vender el mensaje de la idílica vida que se puede vivir en Estados Unidos. Sin importar la profesión o estatus social, te alientan a buscar eso que todo ser humano desea, la felicidad con una vida llena de riquezas.

Este es el mayor atractivo de Pretty Woman, permitirte soñar con poder lograrlo, jugar con los sentimientos de superación de las personas y ayudarlos a idealizar sus vidas. Vale acotar que inicialmente el nombre de la cinta era “3000”, por la cantidad de dinero que ellos acordaron por la semana. Luego se quiso hacer un guiño a las mujeres y dar peso a la concepción de que todas son bonitas sin importar lo que hagan.

Algunas personas piensan que eso solo pasa en las películas pero no es así. En la realidad hay ejemplo de ello como el caso de NeNe Leakes, esta actriz estadounidense comenzó su vida laboral bailando en un bar. Su actual esposo, un empresario, fue varias veces al sitio donde ella se presentaba y se enamoró perdidamente, le propuso matrimonio y ahí comenzó su cuento de hadas. Juzgue usted qué tan alejadas de la realidad están las películas.

La banda sonora de la cinta es una de las más famosas en todo el mundo, además el hotel donde se desarrolla la trama es un lugar de visita obligada en la ciudad de Los Ángeles, así bien, un poco de vanidad en la vida no está mal; teniendo en cuenta que por mucho que sea bonito, no siempre es lo que se va a alcanzar.

Pretty Woman no es una película mala, pero tampoco una joya del séptimo arte que merezca ser estudiada a fondo. Solo cumple los requisitos básicos para ser una buena comedia pero a la vez el guion y sus actores te enganchan. Quizás el principio sea abrupto y poco diga de lo que vendrá, pero una vez que pasa la presentación, no podrás dejar de verla; incluso puedes hasta repetirla.

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