Por Redacción Material Cultural
El pasado 15 de marzo de este año, Francis Kéré se convirtió en el primer arquitecto africano en obtener el premio Pritzker, el galardón de mayor importancia en el mundo de la arquitectura.
La obra de Kére está notoriamente influenciada por su propia biografía. Nació en 1965, en la población de Gando (Burkina Faso). Es el hijo primogénito del jefe de su comunidad y el primero en asistir al colegio. En Alemania, pudo estudiar –becado- carpintería en 1985 y, diez años más tarde, arquitectura en la Technische Universität de Berlín.
Como lo refiere la crítica de arquitectura Anatxu Zabalbeascoa, su trabajo representa fielmente el ejemplo de “un promotor que no ha sido inversor”. No en vano, mientras cursaba la carrera de arquitectura, creó –junto a algunos amigos- la fundación “Ladrillos para Gando”, para financiar su primer proyecto: una escuela primaria en su pueblo y que refrenda parte de su filosofía, la cual se evidencia en otras obras y que puede resumirse en el siguiente axioma: el diseño debe armonizar demandas básicas, presupuestos acotados, convencer a las comunidades de trabajar en equipo y una definición de sustentabilidad basada en revalorizar y adaptar las técnicas autóctonas de la sociedad para su propio beneficio, sin desmedro de la belleza propia de la arquitectura.
El comunicado oficial del Premio Pritzer de Arquitectura, anunciado por Tom Pritzker, presidente de The Hyatt Foundation, señala: “A través de edificios que demuestran belleza, modestia, audacia e invención, y por la integridad de su arquitectura y gesto, Kéré defiende con gracia la misión de este Premio”.
“Una expresión poética de la luz es consistente a lo largo de las obras de Kéré. Los rayos del sol se filtran en edificios, patios y espacios intermedios superando las duras condiciones del mediodía para ofrecer lugares de serenidad o encuentro”, agrega la comunicación.
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