Por Redacción de Material Cultural
Desde hace más de 150 años, en el día de hoy, se celebra en Venezuela el velorio de la Cruz de Mayo, una de las tradiciones religiosas más bellas y singulares impuesta por los sacerdotes y conquistadores españoles, quienes conmemoraban con esta ceremonia el hallazgo de la cruz -símbolo de madera- donde murió Jesuscristo por parte de Santa Elena, en el año 324 de la era de Cristo, y que fue declarada en el 2014 como Patrimonio Cultural de Venezuela.
Con el pasar del tiempo esta costumbre se transformó también en un ritual para propiciar las buenas cosechas, especialmente cuando inicia el tiempo de lluvia, como una manera de pedirle a la virgen su protección para el resto del año. De modo tal que los creyentes con cantos llaman a la fertilidad de la tierra, de los mares y ríos.
Así, al llegar los primeros días de Mayo, en los estados orientales, centrales y de occidente, la Cruz se viste, se adorna con flores y telas multicolores, se monta en un altar con velas como un ruego para asegurar vestido y comida para la toda la familia.
La música acompaña estas actividades convirtiéndolas en una verdadera fiesta, de allí que el velorio se torne en una suerte de “bailorio”, en el cual –dependiendo de la región de país- se pueden escuchar galerones, fulías, punto y llano, joropos, romances y tonos, acompañados con el uso de instrumentos musicales como el cuatro, las maracas, la mandolina, la guitarra, el tambor cuadrado, entre otros. Todo esto con una rica degustación de platos típicos de la gastronomía de cada pueblo.
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