Por Ricardo Sanz

Reflexión sobre la obra reciente de los arquitectos Cristian Fontana y Ricardo Sanz.

Hacia 2015-2016 tuvimos la oportunidad (el Arq. Rodrigo Marín y el Arq. Ricardo Sanz) de participar y ganar un concurso que se presentó como una ocasión para explorar y comprobar algunas ideas experimentales sobre el tema de los materiales utilizados normalmente en la construcción nacional. Esta oportunidad que permitió de forma exitosa la construcción de una pequeña obra en la avenida Bolívar de Caracas, inició una investigación que hasta el día de hoy sigue su desarrollo en distintos proyectos en sociedad con el arquitecto Cristian Fontana, y que en este texto explicaré.

Existe en nuestra forma de trabajar una inquietud por poner en tensión las prácticas convencionales de la construcción, sus lógicas y el estado de la producción arquitectónica actual. Nuestra valoración por los materiales “pobres”, baratos y menos contaminantes guía una experimentación que busca dar un nuevo sentido y consistencia constructiva a materiales convencionales. En el concurso mencionado nuestra preocupación consistía inicialmente en darle una “personalidad” propia a un pequeño gazebo que diseñaríamos muy próximo a una edificación masiva en forma de bloque habitacional. Nos pareció apropiado a través del uso de la alfarería colocada sin mortero – en este caso tablillas solo fijadas a través de marcos a la estructura metálica en la fachada como bloque de ventilación – contravenir el peso abrumador de la presencia de la edificación contigua a partir de la ligereza y elección de un material más amable opuesto a la materialidad del hormigón armado y al de su impronta moderna. A partir de esta reflexión sobre el sentido y significación de los métodos constructivos y sus repercusiones, desde el 2020 hemos venido trabajando (el Arq. Cristian Fontana y el Arq. Ricardo Sanz) en el desarrollo de sistemas de cerramiento de alfarería sin mortero como protección climática, armados a partir de paños de ángulos estructurales y barras para la fijación de las piezas de arcilla, combinando tanto ladrillo como piezas de acabado. A partir de esta exploración hemos sido capaces de producir fachadas compositivamente versátiles y perceptualmente continuas que permiten potenciar los alcances en la construcción con el uso de este tipo de material.

Tiene sentido para nosotros la búsqueda de una arquitectura situada en su tiempo y lugar, y que
pueda establecer relaciones directas de orden constructivo con su contexto; en este caso el
venezolano, tan susceptible a modas y tendencias pasajeras que en general pierden su vigencia
por falta de sentido o razón aplicable a nuestro entorno. Los sistemas constructivos de alfarería forman parte de una exploración que no pretende encontrar una única representación de la
arquitectura venezolana, pero si aportar y validar desde una investigación de lo constructivo
caminos alternativos del hacer arquitectónico actual en Venezuela.

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