Por Maya Suárez / Foto #1 © Julio César Mesa
… Y llegaron los habitantes
A simple vista, lo que llama la atención del proyecto Juan Pablo II es su fachada. Una vez superada la impresión por la dimensión del conjunto, altura y densidad de ocupación, la fachada resulta un complejo juego de muros, planos de bloque calado y antepechos.
Y ciertamente ese fue el tema que más trabajo requirió por parte del equipo de proyectistas, pruebas y más pruebas que iban y venían. Las fachadas se hacían una y otra vez buscando, más que una bonita imagen, una lógica compositiva, un patrón que permitiera sistematizar la producción de planos. Si, las plantas son distintas y se hicieron en función de las fachadas, pero hay situaciones que se repiten, el truco está en cómo se combinan esas repeticiones.
Por supuesto una fachada tan compleja exigió gran cantidad de detalles: todas las combinaciones posibles entre calados, vacíos, jardineras, balcones y barandas, con variantes para apartamentos centrales o de esquina, simples o dúplex, en salas o habitaciones. Cada vez que creíamos que habíamos terminado, aparecía un detalle nuevo. Nuestra obsesión por los dibujos tenía por objetivos evitar que existieran dudas al momento de la construcción y que se hiciera tal como lo habíamos planeado. Aun así nos llamaron muchas veces, pero al final quedó como debía quedar.
Ahora bien, ¿qué generó una fachada como esta? ¿Cuáles fueron las condiciones que se tomaron en cuenta en su concepción?
Nuestra primera preocupación fue prolongar los espacios internos. Como el cliente nos exigía apartamentos de 90m2 con tres habitaciones y dos baños (vivienda de medidas mínimas), pero no nos imponía ninguna limitante para áreas no computables como balcones y jardineras, optamos por hacer una pequeña trampa en cuanto al metraje final de los apartamentos y terminamos por sumar hasta 12m2 con la idea de ampliar las salas y habitaciones. Por supuesto, era una jugada riesgosa, podían rechazar nuestra propuesta por el aumento de los costos que eso implicaba, pero teníamos preparados argumentos para sustentar esta decisión y convencerlos de aprobarla: protección climática, reducir el mantenimiento y evitar futuras intervenciones, además de realzar la imagen de edificio, pues para ese momento era el proyecto de vivienda más importante del país en magnitud y densidad y debía representarlo.
No eran argumentos falsos, la prolongación del espacio interior con balcones nos permitía hacer una fachada tridimensional, con planos en los tres ejes de coordenadas que generaban la sombra suficiente para proteger los grandes ventanales que cerraban los espacios internos. Así, el tratamientos plástico del balcón, elemento clásico de la arquitectura residencial, nos permitió caracterizar el edificio.
La elección de la materialidad obedecía a un tema de mantenimiento. Es bien sabido lo difícil que es organizar un condominio, no importa el estrato social, cuando se trata de limpiar, reparar y pintar fachadas los presupuestos superan la disponibilidad mental de los residentes. Se pensó entonces en materiales que perduraran con poco mantenimiento y que soportaran dignamente los embates del tiempo. De esta manera, la arcilla de la tablilla y de los calados y el mosaico blanco que reviste los antepechos definen planos de distintas texturas y colores que se ordenan gracias a la retícula tridimensional en obra limpia de la estructura de la fachada. No hay pintura, son los materiales en su condición original que parecen distintos de acuerdo con su orientación, profundidad y sombra.
El último argumento nos resultaba el más importante, evitar las posibles intervenciones y el constante deterioro de la fachada. Es harto conocido que el aspecto final de los edificios de vivienda nunca es el que proyectó el arquitecto, sino el que construyen sus habitantes. Desde una simple maceta hasta una habitación en el balcón, al habitante no le basta con poner papel tapiz en la sala, sus intervenciones se desbordan hasta el exterior del edificio.
La solución a este problema consistió en tratar de dar respuesta a las situaciones posibles: los planos de calado tapan los tendederos, los antepechos a los splits, las rejas en las ventanas a posibles medidas de seguridad y, finalmente, las jardineras y balcones en desnivel y en doble altura para evitar futuras ampliaciones (esta última idea se toma del proyecto Altos de Villanueva de José Luis Hernández y Marcos Sanoja).
El resultado de estas decisiones fue una fachada muy densa y permeable (tropical dicen algunos), que de alguna manera disimulaba la altura de los edificios y que definitivamente se convertía en el punto de honor del proyecto.
Esa fue la historia del proyecto, lo que pensamos, lo que hicimos. Pero al respecto de las intervenciones, el habitante es más fuerte que el proyectista y al final la última palabra o en este caso, el último ladrillo, vidrio, reja.
Las intervenciones aparecieron una vez ocupado el edificio, pasarían días si acaso. Un “pecho de paloma” aquí, una panorámica allá, un tendedero extra más acá, un cartel, una bandera, una pared de color. La lista crece, se reproduce, se apodera del edificio y no hay manera de detenerla.
Quizás influye que el destino final del conjunto haya sido “vivienda de emergencia” y no de clase media como se había pensado, quizás podríamos culpar a la falta de control de las autoridades, pero al final creo que era inevitable, siempre aparecería algo, así fuera una jaula del canario.
El ser humano tiene la incontrolable necesidad de marcar su territorio, y cuando se trata de su hogar, quiere personalizarlo a su gusto y antojo. Debemos entender que el habitante es un hecho de la arquitectura así como todas las consecuencias de su habitar. Tal vez si lo consideráramos desde el principio, pensaríamos una arquitectura inacabada, a la espera del usuario, un poco lo que hacen el grupo franco-suizo Lacaton & Vassal.
Aun así, Montalbán (como lo llamábamos en la oficina) resistió y con mucha gracia. La fachada se hizo más densa, más compleja, con más texturas y más profundidad ¡Ahora sí que es difícil descubrir el patrón compositivo!
Debo confesar que para mí fue una grata sorpresa ese descubrimiento. Yo no lo había visto ocupado, mi última vista fue justo antes de la entrega y desde esa fecha lo único que escuchaba eran historias de terror sobre el estado de los edificios.
¡Falsos testimonios! Montalbán no resultó ser un caso perdido, sino un buen ejercicio de realidad. Se consideraron tantos aspectos para el diseño de su fachada que “aguanta todo”, no deja cabos sueltos, todo combina, todo encaja perfectamente, al punto que a veces se hace difícil distinguir lo original de lo agregado. Pareciera que la fachada se hubiera pensado para soportar cuanta intervención fuera posible y que los habitantes hubieran entendido el lenguaje compositivo de esta.
Ahora me parece un edificio inconcluso, en proceso de construcción. Su fachada varía con el pasar del tiempo y dudo que algún día se culmine porque con cada nuevo “pecho de paloma” aumenta el equipo de proyectistas, la diferencia es que ya no se necesitan más planos de detalle.
Memoria Descriptiva
El conjunto, por su magnitud, procura dar respuesta a distintos aspectos espaciales y sociales, incorporando a su diseño edificaciones y áreas que propicien el encuentro, la socialización de sus habitantes y la importancia de lo colectivo. En virtud de lo cual se han identificado cuatro aspectos, a saber:
- El espacio público; la ciudad como hecho colectivo es el lugar por excelencia de intercambio y encuentro de sus ciudadanos y esto tiene lugar, fundamentalmente, en sus espacios públicos, entendidos como el remanente, el “vacío” dejado por los edificios y construcciones y estructurado en calles, bulevares y plazas, además de los recintos propios para este intercambio como aquellas edificaciones de carácter social, cultural o religioso.
Para su construcción contemplamos los siguientes elementos:
a.- Calle-Acera-Galería-Locales: conformar el espacio de la calle por medio de una fachada continua, definir un perímetro que, a la percepción del peatón, revele claramente la idea de calle. Arborización de la acera. El borde edificado será conformado por una galería techada y la franja de locales para uso comunitario y comercial.
b.- Fachada: “variedad en la unidad”, cambios de altura y densidad de la volumetría, llenos y vacíos, entrantes y salientes, luz y sombra con la intención de dinamizar la relación de identificación del habitante con su morada.
c.- Plaza elevada: se crea a partir de reducir costos de excavación para sótanos. Se propone una zona de estacionamientos cubiertos en el centro de la parcela, con el objeto de que su techo, permita la aparición de un espacio público, “la plaza”, espacio de intercambio con canchas, parque infantil, áreas de recreación y vegetación.
- Espacio semi-público: son recintos intermedios entre el sentido colectivo de la calle y la privacidad de los apartamentos. Se ubican en el nivel calle, un nivel por debajo de la plaza elevada y adquieren la forma de patios.
- Espacio semi-privado: “plaza aérea” y “patio aéreo”; son espacios de desahogo vecinal para los apartamentos, a la vez que garantizan la ventilación cruzada en las plantas de doble crujía. Lugar para el encuentro de los vecinos de piso y donde se podrán desarrollar desde tertulias hasta piñatas.
El espacio privado: pertenece al ámbito de la intimidad familiar. Compuesto por un apartamento de 80 m2 con sala-comedor, cocina, lavadero, habitación principal y 2 secundarias, todas con sus closets y dos baños.
Ficha técnica
Nombre del proyecto
Parque Residencial Juan Pablo II
Ubicación
Parque Residencial Juan Pablo II, Montalbán, Caracas.
Cliente
ALIVA-STUMP / PDVSA
Arquitecto
Arquitectos colaboradores
Maya Suárez
Armando Avellaneda
Heisia Bello
Eduardo Paez-Pumar
Adan Silva
Ingenieros
Estructura: Mathias Brewer
Instalaciones contra incendio: Matilde Peñaranda
Instalaciones eléctricas: Artur Arenas & Asociados
Instalaciones mecánicas: Matilde Peñaranda
Instalaciones sanitarias: Iván Hernández, Carlos Hernández
Paisajismo
Elías González Sanavia
Coordinación Proyecto
ALIVA_STUMP
Coordinación Construcción
PDVSA
Fecha
2007
2 Comments
Excelente la documentación con la que presentan el proyecto. Gracias por el esfuerzo en la divulgación.
Esta obra es una muestra más de que la Arquitectura más allá de comtemplarla es para disfrutarla….y la presencia complementaria de la «jaula del canario» da muestra de ello. Como arquitectos quisiéramos entregar las obras con «manual de instrucción» pero eso se hace difícil en muchas de nuestras comunidsdes. Muy interesante descripción y documentación del proyecto. Siempre es bueno describir y explicar las razones de lo hecho…es parte del dusfrute del Arquitecto.
Muy bueno.