Por Ángel Silva-Arenas
Marcel Antonio del Castillo Pérez, desde muy temprano en su vida, sabía que lo suyo era la imagen y sus particularidades estéticas. Compró su primera cámara de video como a los catorce años, gracias a la herencia de un abuelo. Luego, en bachillerato, se enganchó con la riqueza de la literatura de la mano de Eleonora Cróquer, una profesora genial que tuvo la suerte de conocer. Eso marcó todo lo que vino después; un año estudiando la carrera de Letras en la UCAB y luego Comunicación Social en la UCV, donde se especializó en audiovisual, inclinándose hacia el cine y el video.