Judith Angélica Silva-Arenas

Todos merecemos la oportunidad de emprender el apasionante viaje por el mundo del conocimiento y de aprender, en sus dimensiones más genuinas y supremas:  crecer y evolucionar intelectual y profesionalmente. Pero en circunstancias adversas, para algunos, esto se percibe imposible. Es cuando, ese futuro, que en un momento no se visualiza y se siente lejano y hasta inalcanzable, se viste de oportunidad y amor, por la existencia de seres que albergan los supremos sentimientos de ayuda, apoyo y solidaridad. Se hace entonces posible, que muchos niños y jóvenes cristalicen sus sueños e ilusiones, emprendiendo su bitácora de sabiduría. Ello es envolvente y propicio para la superación, la proyección y la evolución personal.