Por Christy Silva-Arenas

Intentar realizar una evaluación acerca de la valorización de la obra de Hirst, supone -siguiendo los criterios o estándares empleados en este tipo de análisis- examinar determinados tópicos, a saber:  el artista, la obra y la percepción que su trabajo tienen en el colectivo interesado en su comercialización.

El artista

En el primer aspecto, se debe tener en cuenta que Damien Hirst si bien es un pintor y escultor de 52 años dedicado al arte conceptual, también es un  empresario y coleccionista de arte, lo cual abre de por si una diferencia con el  artista común que se dedica exclusivamente a producir obras en función a su necesidad y goce estético, dejando a sus representantes o galeristas la comercialización o ventas de su trabajo.

Por otro lado, hay que destacar que es el miembro más prominente de The Young British Artists (YBS),  cuyos integrantes dominaron y escandalizaron la escena del arte en el Reino Unido durante la década de los noventa, lo cual le brindó una excelente proyección tanto en lo artístico como en lo comercial.

Al ser coleccionista y empresario, conceptualiza  la obra como inversión, lo que supone que a la hora de colocar sus piezas en el mercado busca obtener la mayor rentabilidad.

Ello lo podemos notar cuando en el año 2008 revolucionó el mercado del arte, al realizar directamente la comercialización de una de sus más emblemáticas colecciones con las casas de remates, saltándose así  las negociaciones con las galerías, lo que le generó un aumento de sus ganancias por el orden del 40%. Esto lo hizo, cuando transó directamente con la Casa Sotheby’s la subasta de 223 de sus piezas, la cual superó  todas las previsiones, elevando a £111 millones de libras ($198 millones de dólares), rompiendo así, el récord para una subasta de artista individual.

Esta decisión la adoptó Hirst,  con base  a su opinión, según la cual, «Hay muchísimo dinero en el mercado del arte, pero los artistas no lo reciben. Todo el mundo gana mucho dinero, salvo los artistas».

Esta es una práctica inusual en el mercado, especialmente cuando hablamos del top ten del gran arte. De manera tal que con el título de «Beautiful inside my head forever» («Bello dentro de mi cabeza para siempre»), la referida subasta de obras de esta figura icónica  del arte conceptual no fue  sólo una venta, sino también una muestra de su último trabajo.

Calificada de «asombrosa» por Cheyenne Westephal, quien dirige el departamento de arte contemporáneo de Sotheby’s, la estrella de la colección de Hirst —quien ha explicado que el tema fundamental de su trabajo es la mortalidad — fue un becerro con cuernos y pezuñas en oro de 18 quilates—, titulado «The Golden Calf» (El Becerro de Oro), el cual tuvo  una estimación  entre 14,6 millones a 24 millones de dólares. Además de una cebra bautizada «The Incredible Journey» («El viaje increíble»), un unicornio titulado «The Dream» («El sueño») y un tiburón en formol estimado en 10 millones de dólares, el remate también incluyó  cuadros fabricados con alas de mariposas, farmacias realizadas con píldoras de todos los colores y un montón de calaveras.

The dream

La obra

En relación al segundo criterio a analizar, es decir, la obra de Damien Hirst debemos tener en cuenta, por una parte su temática y, por otra, la manera de encararla.

La propuesta de Hirst, donde la muerte juega un papel determinante, parte del  hecho de haber trabajo tiempo parcial en una morgue y de haber asistido al departamento de Anatomía de la Universidad de Leed, circunstancias que parecen haber  influido, de manera notable en su obra, especialmente en la elección de temas y materiales.

La muerte es una suerte de carta de presentación para sorprender y reflexionar sobre la vida. Por eso elige como elementos para representarla seres sin vida de grandes dimensiones, que los sitúa en un espacio especial para su contemplación, empleando además procesos científicos  para su conservación. Estos caracteres determinan un hecho que impacta en el costo de producción de sus piezas.

En este particular, es menester acotar que la realización de sus trabajos, así como los materiales y procesos involucrados en los mismos, amen del montaje conllevan precios muy elevados, los cuales son trasladados al valor de sus obras, justificando en ese sentido el rango de precios que maneja el artista.

La percepción

En lo que se refiere al tercer aspecto, este inglés puede verse como un gran oportunista, lo cual puede derivarse de su talante como empresario. El detectó una gran necesidad en el medio del arte a finales del siglo pasado (s20): el mundo necesitaba un poco de teatralidad, drama y sangre pero con visos de espectacularidad y minimalismo, aunque para otros esta propuesta estética esté cargada de vulgaridad.

El vientre del Sur

La irreverente personalidad de Damien trasciende su individualidad física y emocional y se adhiere a sus obras. No tiene cortapisas para expresar, a viva voz, lo que siente y eso lejos de disgustar parece ser un elemento que hace conexión con el público.

Muchas de sus obras, según el mismo lo ha expresado, están basadas en ideas de otros artistas, de manera tal que copia planteamientos estéticos de otros para replantearlos en la suya, “…todas mis ideas las he robado en alguna parte”.

De igual manera, tampoco tiene empache para decir que él no hace sus obras. El origina la idea y luego un grupo de asistentes las realiza. Como se observa, no oculta nada y en un mundo donde todo el mundo miente, la verdad se estima y, en el arte, gana dividendos.

Finalmente, debemos considerar la percepción que tiene su obra en el mundo del arte, específicamente en el sector destinado a su comercialización, que termina definiendo precios.

Hirst en un artista que vende por su impronta de escandaloso, impetuoso y tal vez insolente, además de representar a través de su propuesta estética la ruptura del ideal postmoderno, mostrando la posibilidad de regodearse de manera vanidosa con lo mas grotesco de la cotidianidad, empleando fórmulas plásticas probadas y de alta rentabilidad.

Si queda alguna duda, aquí colocamos los precios de sus cinco obras más icónicas:

 

1.-  Por el Amor de Dios. $ 99.000.000,00

2.- Lullaby Spring. $ 19.200.000,00

Lullaby Spring, 2002

3.- El Becerro de Oro. $ 18.500.000,00

4.- El Reino. $ 17.000.000,00

5.- La Imposibilidad de la Muerte en la Mente de alguien Vivo. $ 10.000.000,00

 

 

 

 

 

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