Por Irama Díaz @IramaDiazB
Aosta, Italia
Las vías del casco central son tan estrechas que uno se pregunta cómo se pueden desplazar los casi 130 mil habitantes de esa villa alpina. Empedrada de pie a cabeza, Aosta es la capital de la región del valle del mismo nombre, ubicada estratégicamente en el noroeste de Italia, cercana a los límites con Suiza y Francia. El paisaje de montaña incluye al Mont Blanc, el pico más alto de Europa. La ciudad es chiquita, romana y tan vieja como su fundación en el año 25 antes de Cristo.
En Aosta, como toda ciudad alpina, las montañas son punto de referencia
Siempre a la moda: “ver y dejarse ver”
En invierno es punto de descanso para esquiadores y alpinistas. En verano es refugio de turistas que llegan de visitar parques naturales y castillos de los alrededores. A diferencia de los pueblos de montaña, aquí el ambiente es menos relajado y más exclusivo, al estilo de “ver y dejarse ver”. Aun en verano, nada de andar en cholitas y bermudas. Aosta es considerada la ciudad italiana con la mejor calidad de vida. Así que ¡a vestirse bien!
Un lugar para ver y dejarse ver
El tiempo se detuvo en Aosta
La visita es corta y se inicia en el Arco de Augusto para entrar a bulevares y callecitas. Si es amante del arte, puede darse banquete entre ruinas prehistóricas, período romano y arte medieval. Y los sitios obligados: Puente Romano, iglesia de San Lorenzo, Campanario de San Orso, las excavaciones de la basílica paleocristiana, Puerta Pretoria y la hermosura del Teatro Romano, que podía albergar a unas 3mil personas. Eso da una idea de la importancia de Aosta en su época.
Ruinas del Teatro Romano, Aosta, Italia.
Bueno, Bonito y dizque Barato
Las tres B: bueno, bonito y barato van en relación con la economía europea. Los bulevares están repletos de comercios de todo tipo. Abundan souvenirs de montaña, ropa de buena marca y prêt-à-porter. Los precios resultan más económicos que en las grandes ciudades. Eso se nota en la afluencia del turista paseo-compras. La mayoría de los visitantes suelen ser de origen europeo.
Ese jamón no es de ahí
Resulta curioso asociar el nombre del jamón de Aoste a esta ciudad. Los lugareños dicen que ese jamón no se produce ahí, y lo dicen con asombro.
Gracias por el detalle venezolano
En tan poco espacio, los restaurantes se ponen creativos con las decoraciones, hay competencia. Cartas y menú ofrecen calidad local: quesos y embutidos. Eso sí, no deje de brindar con un génépy. Italianos al fin, el postre de helados es una exquisitez. Y más aún cuando en algunos se señala que son hechos con “cacao de Venezuela”.
Apenas hay lugar para una bicicleta. Los arcos de piedra son antisísmicos
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