Por Ángel Silva-Arenas
Si algo define a esta singular mujer es su afán de comunicar las cosas sencillas pero esenciales de la vida, una cruzada existencial que la traduce en imágenes cargadas de sensaciones, libertad y autenticidad
Adriana Berroterán es una talentosa y exitosa cineasta venezolana, que viaja por el mundo, buscando captar –con su cámara- la cotidianidad en sus formas más básicas, pero significativas. Para ella el arte de comunicar es una manera de liberación, “de poder expresarnos tal como somos, sin cortapisas, no desde el ego sino desde lo real, desde lo auténtico”, un reto que lo materializa en sus fotografías y videos.
Pero más allá de esta apreciación que subyace de su trabajo artístico, ¿quién es Adriana?
“Soy realizadora audiovisual y fotógrafa, con una licenciatura en Diseño Gráfico y una especialización en Multimedia, formación que empecé y finalicé en Caracas. Entré en el mundo de la publicidad como productora en el año 2007. Dos años más tarde viajé a Buenos Aires para especializarme en Dirección de Fotografía, Colorimetría y otros estudios complementarios como la óptica y composición aplicada a la cinematografía. La capital porteña me acogió los últimos 7 años”.
Desde entonces, su interés y experiencia se ha orientado a numerosos proyectos en diversos géneros audiovisuales transitando desde comerciales, videoclips y documentales hasta cortos y largometrajes, lo que le ha permitido trabajar en países como Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Ahora vive en Ciudad de México, desempeñándose como directora de fotografía y camarógrafa, experimentando en el área de fotografía fija, documental y conceptual.
Huir de lo pretencioso
La libertad es definitivamente un principio en su vida y su trabajo, lo cual busca transmitir en su propuesta estética. “Me siento fuertemente atraída por la simplicidad de las cosas y el pensamiento crítico. En mi vida personal tengo la firme determinación de aceptar la realidad tal y como es, no como yo quiero que sea, no como yo creo que es, sino tal y como se presenta. Basada en esto procuro la observación, siento que así puedo conectarme y tener un diálogo más profundo con los objetos, las personas o lo que sea que esté inspirándome en ese instante. Huyo de lo pretencioso y busco conectarme con la esencia de las cosas más simples del día a día”.
En el caso de la fotografía, ¿qué te inspira, qué buscas comunicar?
Me gusta comunicar lo simple, lo que parece absurdo, lo kitsch, lo ordinario y genuino. Me siento fuertemente atraída por lo que ofrecen los procesos de creación que bailan al compás de la improvisación. De hecho ahora me seduce más el proceso de creación en sí, que el resultado final.
Y, en tus trabajos audiovisuales, ¿cuáles son los rasgos que definen tu discurso?
Creo que el rasgo que se me ocurre -de inmediato- es la sinceridad.
Migración elegida
Desde hace varios años, Berroterán decidió emigrar de su país natal para viajar por el mundo, hambrienta de conectarse con nuevas culturas, esas que le abrieran las puertas de experiencias desconocidas, crecimiento espiritual y retos profesionales.
¿Cómo integras el elemento ciudad y entorno en tu trabajo?
Para mi la ciudad y el entorno están intrínsecamente atados a mi fuente de inspiración y creo que esto está muy relacionado con la condición de «extranjera» que elegí vivir hace tiempo. Los ojos del que recién llega a un sitio están siempre abiertos, ávidos de sorpresas y nuevas experiencias. Simplemente me dejo seducir por la belleza natural de lo ajeno e inmediatamente, con intención o no, la ciudad y mi entorno están presentes en mi trabajo, ya sea como protagonistas o como extras.
De los trabajos fotográficos realizados, ¿cuál te gustaría comentarnos?
Actualmente estoy desarrollando un proyecto fotográfico que se basa en la mujer, nuestro entorno y la conexión con nuestra femineidad desde un punto de vista de liberación de energía emocional y física, entendiendo el cuerpo femenino como reflejo de la naturaleza y la Tierra; es un proyecto que busca entre otras cosas retratar nuestra sincronización con nuestra naturaleza cíclica celebrándola como una fuente de poder femenino.
Has participado en proyectos audiovisuales con grandes personalidades como Ricky Martín, Durga and Lorelei McBroom, Cumbia Ninja, Maná, Calle 13, Chino & Nacho y Alessandra Rampolla, entre otros. ¿Qué nos puede comentar de esas experiencias?
Han sido experiencias súper interesantes y divertidas, no sólo por el mero hecho de estar trabajando con artistas famosos sino más bien por tener la oportunidad de entrar en contacto cercano con la humanidad de cada uno, gente de carne y hueso -como tú y como yo- que simplemente trabaja muy disciplinadamente en lo que le gusta.
Material para hablar
Una nota que define las tertulias de MaterialCultural, es este juego de palabras, basado en el famoso test que Marcel Proust realizara y publicara en sus “Confidencias de Salón” y que, en esta oportunidad, con las adaptaciones de lugar, se lo hacemos a nuestra entrevistada.
¿El soundtrack de tu vida?
El de la película DRIVE.
¿Qué estado anímico transmiten tus fotografías?
Depende en qué estado anímico esté yo .
¿Un lugar favorito para vivir?
Ciudad de México.
¿Libro de cabecera?
“Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, novela de Haruki Murakami.
¿Un defecto?
Impaciencia.
¿Qué esperas de tus amigos artistas?
Que sean ellos mismos en lo que sean que hagan.
¿Un recuerdo de la infancia que quisieras incluir en un video?
Mi hermana y yo chiquitas haciendo programas de radio con un grabador que tenía mi papá en esa época.
¿Qué cualidad aprecias en un hombre?
Su inteligencia emocional.
Y, ¿en una mujer?
La misma.
¿Artista visual que admiras?
Nam June Paik, el padre del video arte.
¿Con cuál prenda de ropa te identificas?
Cualquiera que me evoque a los 80’s.
¿El lema de tu obra?
Yo siempre digo: «Cualquier cosa que hagas, no la realices queriendo complacer a otros. Sé fiel a ti».
¿Qué no puede faltar en tu maleta de viaje?
Una almohada para el trayecto.
¿Qué flores compras para adornar tu casa?
Jazmines.
¿Qué extrañas de Venezuela?
Mi familia y la alegría que solía haber en la gente, llegar allá ahora es ver rostros realmente tristes.
¿Qué te gusta de México?
Su comida, su gente y su apertura, sus raíces y sabiduría ancestral.
¿Qué imagen o icono utilizarías para definir tu país?
Una nave espacial que te lleva a otro planeta.
¿Qué color no falta en tu paleta de colores?
Negro.
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