Ángel Silva-Arenas

Discretamente, así como era su particular estilo, se despidió de este plano terrenal, a los 99 años, Don Armando Scannone, un amable y distinguido caballero a quien   todo el mundo conocía como el gastrónomo de Venezuela, autor del best seller Mi cocina: a la manera de Caracas, un proyecto editorial que se prolongó con otras publicaciones y que sirvió para que hoy tengamos un extraordinario compendio de las más emblemáticas recetas de nuestros fogones.

Aunque siempre manifestó su interés por lo que significaban los sabores para el nacido en esta Tierra de Gracia, fue por los años sesenta cuando, de manera autodidacta y evocando lo aprendido de la experiencia de la cocina de su hogar, comenzó la tarea divulgativa sobre la gastronomía nacional y sus tradiciones, que para él era suculenta, compleja y llena de matices.

Producto de este viaje culinario, se dedicó a escudriñar la preparación de los platos de su Caracas natal, esos que contienen los cincos sabores esenciales: salado, dulce, ácido, picante y umami. Una cruzada literaria y creativa que alimentó en cada texto realizado, como el icónico libro rojo, con indicaciones precisas en cuanto a ingredientes, cantidades y elaboración, que hacía que cualquier principiante o aficionado se sintiera orgullo de su preparación.

Llano, sencillo y con una prodigiosa memoria, Don Armando Scanonne, quien fuera presidente fundador de la Academia Venezolana de Gastronomía, hizo el mejor de los esfuerzos, con compromiso y sello de calidad, para enaltecer nuestra cocina, dentro y fuera del país, un legado imborrable, una manera proactiva de creer, hacer y honrar su gentilicio.

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